Aquí empezamos

Aquí empezamos

Ximena Martinez Robles

Así empezó la historia: yo tenía 18 años y estaba en la preparatoria. Sé que varios de ustedes sabrán, a esa edad no hay muchas oportunidades de trabajo y se necesita dinero para sacar fotocopias.

Y sí, la verdad ya trabajaba en algún lugar que no me hacía feliz (¿qué se puede esperar?, supongo).A la par, vendía unos panquecitos de chocolate en mi escuela. 

Había empezado a ser vegetariana desde hace tres años y, más que otra cosa, extrañaba el pan dulce. Existían opciones, definitivamente no tantas, que tenía que estar cazando en ferias y bazares. No quedó más que decir: si lo quiero, lo hago.

Investigué por aquí y por allá, di con una receta, me gustó, y decidí echar el volado de empezar a venderlo entre mis amigos. 

 

 

Poco a poco me fui saliendo de la zona de confort, le empecé a vender a más gente fuera de mi círculo cercano y, sin esperarlo ni saberlo, ya casi toda la escuela me conocía (bueno, conocían a mis panqués de chocolate).

Me costó creerlo, pero me di cuenta de que ningún trabajo, en ese momento, me iba a dar lo que yo misma ya me estaba dando: algo real.

Todo se fue dando a su ritmo. Aprendí la lección de no forzar nada, de sólo aprender a tomar lo presente. Coloqué mis productos en un restaurante, luego en dos, luego en tres.

Las ventas crecían poco a poco entre gente desconocida. Entregaba en metro: recorrí toda la ciudad. Salí de la preparatoria y entré a la universidad. Vi cómo las personas se iban y cómo llegaban otras, pero esta empresa, que ya era una empresa y no un negocio de escuela, seguía ahí.

Lo cuento todo muy rápido, y es que estas líneas no alcanzan para describir lo que ha pasado en más de una década: todos los pasteles tirados a la basura, las veces que tuve que repetir una y otra vez una lección para llegar al aprendizaje, la gente que me ha apoyado y el amor y confianza recibidos.

Pero básicamente, así empezó la historia.

 

 

Hoy soy otra y la misma persona, sé lo que quiero de esto: quiero compartir, quiero crear una cocina nueva y no una cocina que está sustituyendo otra cosa, no una cocina aparente. Quiero hacer las cosas desde lo que creo, y no desde lo que creo que debo ser. 

Que esta sea la primera entrada de este sitio es mi manera de agradecerles y de abrir puertas, ventanas, huequitos de pared, para crear un espacio en donde, claro, se venden pasteles, pero también uno en el que todos seamos capaces de crear y de aprender.

Este proyecto está guiado por un sentimiento y un ideal que no grito a voces, pero que existe: queremos hacer las cosas bien en Vegaffins porque queremos que la gente elija, sin pensarlo (a veces sin saberlo), una opción basada en plantas, una opción hecha con cariño y que viene desde una cocina donde nos esforzamos por crear lugares más amables. En ese sentido, me interesa que más gente se interese por los procesos que están involucrados en la cocina y que, acompañados, se fortalezca este sitio como un punto de experimentación, en donde la cocina basada en plantas avance y mejore.

Así que esta es una bienvenida y un agradecimiento si llegaron hasta acá. Sé que el tiempo y la atención no se encuentran en cualquier parte.

Este lugar es para ustedes.

Regresar al blog

3 comentarios

Hola, que linda historia.Hace unos años estaba en tik tok y encontré tu perfil, me encantó lo que hacías, desdé ese momento implementé en mi cocina algunos de tus tips. Me retuve de tik tok por unos meses y de nuevo te busqué, te felicito por todo lo que haz crecido, sigue; ¡porque tienes valor que agregar a la repostería Internacional!

Hugo

Amamos tus pasteles y panes! Que linda historia

Karina

¡Me encanta! Qué bonita nota.

Mauricio

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.